sábado, 23 de mayo de 2009

Sed? Peliculas!...El Café hace la plática, no la gente. Pt 1


Primer acto, de cómo sentir en blanco y negro.

La pereza se cobra caro. Un día uno puede querer hacer muchas cosas pero no las hace. Sin duda se necesita bastante motivación para no caer en manos de la flojera. Cuando a mi me pasa me refugio en las peliculas. Ayer en la noche , cerca de las 8 pm fui a ver una película francesa llamada "Los infantes del Paraíso" (1945) de Carné. Ye en el cineteatro y después de recibir mi respectivo gel de alcohol por eso de la influenciiiiia, me senté junto con mi amiga Daria(MTV) y me dispuse a disfrutar de mi estado (mental-físico-sentimental-drogado) en conjunto con la obscuridad del lugar y el blanco y negro de la pantalla. No entraré en muchos detalles sobre la película, sólo me referiré a los momentos en los que sentí literalmente que la vida en blanco y negro es bastante agradable. El discurso de >Carné se planteaba de esta manera: Dos actores de teatro en la Francia del siglo XIX se convierten de pestilentes desconocidos, en aclamadas estrellas vitoreadas por el público francés. Frëdérick Lemaître es uno de estos dos protagonistas, del que hablaré más a fondo y mostrare mi opinión sobre su ser infestado de locura. El otro actor, el cual no me pareció tan interesante y por lo que no puedo comentar grandilocuencias extrañas, es Baptiste Deburea. El primero, es un jóven con un carácter especial que raya en la extravagancia y el desdén por la tristeza. Su voz es dinámica, la escuché sin ver los subtítulos, y aunque no entendí nada pude sentir su destreza mental, junto con su rápida lengua, a un actor totalmente entregado e incluso improvisando en la escena. Este personaje carga con una inmensa seguridad en su persona e incluso se puede observar en su mirada un desapego a todas las limitantes que como humanos nos ponemos automáticamente; su guía para enfrentarse al público dentro del mundo del teatro es la improbabilidad de detenerse ante cualquier situación por más incomoda que parezca. Por fatal que parezca el acto primero, o el último, seguirá improvisando vida. Justamente la capacidad de aprovecharse de las emociones y fatalidades del momento o de las personas, es su principio natural. Con su porte no pretende sino sacudir el lugar en el que esta. Así los movimientos vehementes del actor se convierten, juntando el blanco de los rostros con el negro de los rincones, en maliciosos motores de caos para el espectador...!delicioso! Y así fué. Rescatar lo profundo del sentido humano; la comicidad, la algarabía y el humor negro que tanto se extraña en estos tiempos, es amar el vivir, carcajearse al existir. El cínico se apodera de tu cerebro y arremete contra toda lógica predescible. Lo diría el principito: "no hay que extrañarse ante el misterio, sino gozar con él". El arte es desajuste. Y como hoy día sólo queremos ajustarnos a todo para estar en todo, yo proclamo que nos desajustemos en una carrera primitiva! Ahora, Dean...

3 comentarios:

  1. Me gusta tu análisis artístico man, imagino la escena y se me antoja: el rosalío solano, un buen churro encima y un actor exquisito. ¡Olvidémonos de toda lógica y entreguémos a la emoción!

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  2. "no hay que extrañarse ante el misterio, sino gozar con él". El arte es desajuste. Y como hoy día sólo queremos ajustarnos a todo para estar en todo, yo proclamo que nos desajustemos en una carrera primitiva!
    Es mas emocionante gozarlo q impresionarse!! le da mas sazon a la vida, porque asi es... q sería de un mundo monotono?
    y en lo ultimo tienes razón, cada quien quiere ser uno más, mas no autentico por la aceptación... q chido q sepas distinguir esa escencia de las habilidades humanas, como la voz q mencionaste. esta padre el blog!!
    el cafe hace la platica... y te digo, el café tambien une a las almas si lo quieres!

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  3. quiero imaginarme esa carrera primitiva...

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