jueves, 21 de mayo de 2009

A David Foster Wallace...


I

No encuentro sentido en las actividades cotidianas. Mi pulso es simplón. Mi educación es dirigida ciclicamente hacia caer en el mismo hogar contemporáneo; hacia el mismo placer sexual; las mismas pláticas y actividades. Me precipito a la familia convencional, a las relaciones desechables, seguras, iguales. Mis idales son transformados; se reciclan como cada generación. Mis palabras no sirven sino para adornar. Todo sentido y esencia se escapa. la lucha es por el dinero. El amor nunca se reinventó. Las casas nunca se derrumbaron. Los pobres nunca comieron. Los sentidos nunca sirvieron. El techo no se caminó. Los libros no se tragaron. Los decesos no se festejaron. Es una lastima...

II

El protector solar no cubre la suciedad urbana. Por eso la risa es la que cubre todo; nos ocultamos tras ella. Pero los años siguen siendo mentirosos y el ocio se superpone a mis letras: !que miedo-verguenza! Ya no admiro más que la apariencia. Se pierde y se deja perder. No se vive, pero tampoco se muere: !se sirve! El regocijo del baile ante la fogata se convirtió en un pesar. ahora se maneja circundando las llamas negras; oficinas, supermercados, maravillas y mujeres; fenómenos; el histrión oculto dentro de todo empresario, trabajador, prostituta, maestro; sólo el pobre no se muere de risa. !Nuestros autos bailan tan bien! Y falta todo lo demás, !falta descansar en la banqueta, pero nunca en el útero!: !en la revolución!

III

No podemos despertar del miedo cardinal.

IV

Lentitud multiplicada, con el cinismo y todo el acto del amor, señalamos a miles. Con sus oceános y sus guaridas no sentimos identificados, pero al final nadie estaba. Era una caverna hecha para ti. Nunca hay más. Solo hay espacio para uno.

1 comentario:

  1. En algún momento la idea del dominio de las multinacionales sobre los Estados-nación me perturbaba demasiado hermano, ahora, simplemente me acurruco con una chica linda y dejo que todo se derrumbre.

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