lunes, 4 de mayo de 2009

EL SENTIDO?..MANIFIESTO


Es constante la dicha cuando te preparas dentro de lo justo; lo que más se ansía es querer y no perder. Dentro de uno mismo se encuentra un sentido especial que se convierte en una amenaza del espíritu; la conciencia lo repudia y le reclama: ¡vístete de centro, no pierdas el norte! Este sentido funge también como una milagrosa chispa que de vez en vez se encuentra desencantada, y otras, centelleante por cuanto deja un rastro elíseo dentro de los demás. Se puede detener esta “singularidad humana” con 2 actitudes principalmente que deterioran su naturaleza. Existe por una parte eso que llaman (que yo llamo nada más…) “autocensura-vanidosa” que se entiende como la actitud desenfrenada de salvaguardarse de todos ¡por miedo a todos!, mientras de la misma manera te enalteces inconforme ante ti ¡y ante todos! Dentro de este espectro censurador se erige también otra manía contemporánea que quiebra el tortuoso pero llameante sentido humano; esta manía se podría decir que es un subgénero de la actitud anteriormente mencionada. Se le conoce como “consumir ó consumirme”; este desplante moderno que se diluye y no se contrasta con la manía puesto que son lo mismo, convierte al individuo en un mecanismo recio que no se traba a menos que ya no tenga efectivo para comprar o adquirir diversos productos y servicios que forman parte del mercado del ocio humano. No nos adentraremos a tocar el tema de los servicios básicos que se requieren para tener una vida digna, o una vida en si, solo a los miles y miles de “soluciones” certeras para matar el tiempo. Ese tiempo ¡que nunca apremia! Pues precisamente este consumir lo exterior ó consumirnos por dentro se presenta dentro del lenguaje cotidiano, cuando en nuestro “tiempo libre” necesitamos algo que nos entretenga, comprar algo que nos haga olvidar muchas cosas. Habría que hacer un paréntesis aquí, puesto que el tener ratos de diversión, o estar con la persona amada, familia o amigos cuando descansamos de la rutina laboral, no significa necesariamente que lo hagamos para entretenernos o no pensar en cosas amargas de la existencia. Sin embargo se puede ver, todos los días, ya no afuera, sino dentro de nuestros hogares como el entretenimiento que produce los medios de comunicación enajena en cierta medida al hombre actual. No se si estos programas sean buenos o malos, solo se que alejan a muchas personas de otras maneras de pasar tu tiempo libre. En fin, la necesidad de estar alejados y en otro mundo, es un soporte muy de moda entre todos, en cierta medida es normal querer descansar de la crudeza del día a día, pero la manera en que se hace, propicia un encadenamiento a una existencia efímera en la que necesitamos un televisor y programas verosímiles, o mucha ropa para disfrutar nuestra vida. De esta manera es que este sentido taciturno y a la vez sulfuroso se puede parar, mutilar. ¡Se clama por un sentido fuera de lo común, que ya esta adentro!. Es verdad que esta en contra del espíritu y su naturaleza modesta (puesto que si no eres modesto en estos días no eres bueno, eres lo peor, aunque estés haciendo algo bueno y tus acciones lo valgan, ¡nunca puedes dejar de ser modesto!) pero carajo, ¡sirve como motor interno de explosión macabra-ideal, mucha poesía, tanta risa, tanto todo!

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