jueves, 4 de junio de 2009

Risas!

Nos mentimos tan bien que no podemos dejar de hacerlo. Un problema exalta tu preocupación, e inmediatamente se configura nuestra habilidad de "ser positivo", osea, de mentirte para sentirte mejor, y tu problema no se ve tan grande. Esto es muy bueno y en verdad te hace sentir bien por un momento. Pero ¿hasta que punto nos damos cuenta de que nos mentimos y ya no funciona seguir haciéndolo? O mejor dicho, aún a sabiendas que te mientes, lo haces pero ya no te la crees.

Habitualmente práctico estas auto mentiras y con el tiempo se van perfeccionando, hasta el punto en el que puedo crear una sin pies ni cabeza, sin lógica aparente, y me funciona, me levanta el ánimo. No me considero optimista, precisamente lo contrario. Más aún se que una elaborada mentira en un detrminado momento me puede alzar de nuevo. La cuestión es que últimamente no he podido mentirme, ya no me creo estos inventos, crudeza total. Me digo constantemente "vas a estar bien" y lo dudo mucho. ¿Por qué? Por que me encuentro en un momento en el que estoy dejando mucho detras; viejas actitudes, viejas relaciones, viejas intenciones, viejos ideales. No estoy cambiando, ya cambié. Un efervescente coctel-collage de cine-literatura-música-llanto-droga-caprichos-patadas-mujeres-mentiras-viajes-risas me tiene sin dormir.
La empresa en la calle no deja tiempo para mentirme. El ciclo no termina. El trote es ya una carrera contra tu vejez imperdonable.
!Confortar al perturbado y perturbar al confortable! David F. W.

No hay comentarios:

Publicar un comentario